El presente trabajo revela la sinergia que existe entre familia, escuela y comunidad para la formación de niños con Necesidades Educativas Especiales, en donde es necesario que los tres aspectos sean coordinados adecuadamente para llevar a cabo el proceso de aprendizaje desde una perspectiva más inclusiva.
En primer lugar, comenzaremos haciendo referencia al papel formativo que desempeña la familia en el desarrollo de un niño(a) con Necesidades Educativas Especiales, el cual apunta fundamentalmente a la estimulación entregada desde los primeros años de vida, lo cual está directamente relacionado con la formación de hábitos, actitudes y conductas que se puedan establecer en el tiempo.
La constitución de la familia no solo es un hecho biológico o sociológico, sino que donde se aprenden diferentes cualidades humanas que permiten desarrollar el respeto para con los semejantes y crear intereses culturales y cognoscitivos estables en el niño, lo que contribuye a la felicidad del pequeño.
Luego de lo descrito anteriormente es importante mencionar que el principal objetivo de la escuela es garantizar la orientación adecuada, tanto del niño como de su familia para lograr un sistemas de influencias positivas que le permitan al infante un desarrollo psíquico y emocional estable, lo que refleja que el establecimiento educacional solo actúa como “guía” y que lo trascendental en el aprendizaje de los niños(as) depende del ambiente familiar en el que se desenvuelve.
Otro proceso importante se refiere a la enseñanza del aprendizaje pedagógico, ya que posibilita en el niño, la apropiación activa y creativa de los conocimientos básicos, desarrolla el auto perfeccionamiento constante de su autodeterminación en íntima relación con los procesos de socialización, lo hace independiente, seguro de sí mismo y de sus conocimientos
No podemos alejarnos del término central de este escrito que son Necesidades Educativas Especiales, haciendo alusión a lo difícil que es para una familia enfrentarse a la crianza de un niño con dificultades de diversas características. Por lo descrito recientemente es que no poder dejar de mencionar el impacto psicológico que produce en los padres aquella situación, lo que conlleva a tres etapas diferentes que son: la confusión, la negación y la consolidación o aceptación. Siendo esta última donde la escuela cumple un rol fundamental, ya que trabaja en conjunto con la familia para apoyar el aprendizaje, entregando herramientas útiles para que los padres puedan trabajar con sus hijos de acuerdo a sus características individuales. Cuando este proceso ocurre de manera adecuada y existe comunicación y colaboración entre los padres y la escuela, los alumnos tienden a ser más exitosos, no solo en los estudios sino también en actividades cotidianas.
Para concluir es necesario entender que la familia debe cumplir una función formadora y potencializadora, mientras que la escuela actúa solo como “guía” en el aprendizaje de los niños y en la entrega de estrategias a los padres, siendo ambas igualmente importantes en el desarrollo integral de los niños con Necesidades Educativas Especiales.
Camila Osorio Osorio.
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